Martes otra vez.
¿Cómo he llegado hasta aquí?. El señor de la Arena sigue jugando conmigo, no importa. Es más, me gusta. Por primera vez resulta agradable este malévolo juego, divertido incluso, puede que sea esta aparente tranquilidad que siempre precede al huracán en la que tan cómoda me siento, o quizás es producto de la inhalación masiva de fregasuelos barato con olor a limón la que me hace alucinar (es tan intenso que haría ver unicornios rosa a un rinoceronte). Pero hoy es Martes de nuevo y pese a ello no me siento abrumada, incluso el Domingo esta semana se me antojó menos desagradable.
Así que si, hoy es Martes y llevo zapatos de sábado. Pero no por rebeldía, hoy solo me apetecía ver el mundo desde más arriba.
Pd. Le estoy cogiendo el gustillo a esto de divagar por escrito...
Imagino que el señor de la Arena es el tiempo, uno de los "inventos" más malévolos del hombre.
ResponderEliminarEscribes bien y, lo más importante, tienes una gran imaginación.
Gran guiño al leprechaun en la imagen, con esa naturaleza dual: material y espiritual. Como la propia escritura.