miércoles, 20 de noviembre de 2013

La vida es siempre más bonita detrás de una sonrisa

Sonríe pequeña. Sonríe y todo irá bien... sigue sonriendo. Mira al frente y sonríe. 
No te confundas. Llora, si lo necesitas llora, pero no lo hagas sola. Tampoco lo hagas con cualquiera. Si no tienes cuidado y lloras frente a la persona equivocada saboreará tus lágrimas pensando en como usarlas en tu contra, y sin embargo si lloras sola te atragantarás con tus propias lágrimas. 
Llora, pero llora con quien luego te abrace y te saque una sonrisa.
Recuérdalo pequeña.
 Sonríe. Sonríe siempre. Si necesitas llorar hazlo, pero ten una sonrisa preparada, no para esconderte detrás de ella, sino para refugiarte en la serotonina que te proporciona.
Recuerda mis palabras, la vida es siempre más bonita detrás de una sonrisa... ¡Sonríe!

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viernes, 10 de mayo de 2013

Buenos días princesa

Hola. Abre los ojos preciosa, es hora de que despiertes, han pasado ya muchas cosas mientras dormías. No, el mundo no se ha parado a esperarte, es el inconveniente de hibernar  te pierdes la primera nevada del invierno y la primera flor de la primavera. 

No te preocupes, no llores dulce princesita, el próximo invierno volverá a nevar y las flores te están esperando ahí fuera, se han engalanado para tí, no te reprochan  nada, las flores son muy comprensivas. 

¡Pero corre! No hay tiempo de remolonear, el verano se acerca, las flores se marchitan, la nieve de la montaña se derretirá en breve y el calor no te dejará disfrutar del mundo. 

No, no te preocupes, no necesitas
 nada para salir, solo abre bien los ojos y sonríe. 

sábado, 26 de enero de 2013

Gelatina vs. Caballero. round1

 Hoy es sábado, nunca me había gustado tantísimo un día... pero por fin acabé los exámenes, y vuelvo a ser lo más parecido a la persona que publicó por última vez a principios de diciembre.
 Enero no sólo me traerá en dos días un año más, se llevó una coraza que me había fabricado a fuerza de golpes, vuelvo a estar blandita, y expuesta... (como la gelatina) las espinas parecen no haber servido de nada, pero me alegro.
 Las sonrisas a las tres de la mañana, la taquicardia al saberlo cerca (y la brabicardia cuando no da señales de vida) el descubrir que los caballeros aun existen... y que vienen de Occidente, y que la caballerosidad no es siempre molesta, que puede ser divertida... y apasionante y enriquecedora y reconfortante, y aterradora.