Hoy es sábado, nunca me había gustado tantísimo un día... pero por fin acabé los exámenes, y vuelvo a ser lo más parecido a la persona que publicó por última vez a principios de diciembre.
Enero no sólo me traerá en dos días un año más, se llevó una coraza que me había fabricado a fuerza de golpes, vuelvo a estar blandita, y expuesta... (como la gelatina) las espinas parecen no haber servido de nada, pero me alegro.
Las sonrisas a las tres de la mañana, la taquicardia al saberlo cerca (y la brabicardia cuando no da señales de vida) el descubrir que los caballeros aun existen... y que vienen de Occidente, y que la caballerosidad no es siempre molesta, que puede ser divertida... y apasionante y enriquecedora y reconfortante, y aterradora.
Recuperar, ilusionarse, vivir, al fin.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
´¿estás hablando de mi? Yo soy un caballero de occidente
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