sábado, 30 de junio de 2012

Nada,vuela, salta, corre

Esa, la de la entrada de abajo no soy yo, lo juro, yo ni siquiera juro, pero lo juro.

Yo no me quejo  (no en voz alta), siempre sonrío y nunca callo- sé que puede parecer que no quejarse es callarse, pero nó, siempre digo lo que pienso, aunque de un modo tan sutil que a veces parezco tonta-.
 Hablo bajito y tengo mil risas, aunque la mayoría son muy ruidosas. Lloro por cualquier cosa. Si alguien ríe, me contagio, si llora, también, si estornuda, tose, bosteza o baila acabo haciéndolo, vamos que tengo unas neuronas espejo hiperactivas. Veo caras en todos lados y tengo una audición prodigiosa. Necesito contacto y cariño, pero me agobia que dependan del mío. Adoro a los niños, sin embargo, pocos siguen cayéndome bien cuando empiezan a hablar. Me gusta el rosa y el negro, aunque lo tiño todo de naranja. Mi palabra preferida es PRECIOSA, pronunciada en español de España, o sease, con su <c> pronunciada como <z>. Cada dos meses se me pega un acento nuevo, así que ya estoy acostumbrada a que me digan cosas como "goda" o "mexicana". 
Nací con el tabique nasal hundido y no quiero imaginar como lo habrá pasado el pobre pelícano al que le arrancaron el pico para implantármelo. Cuando le digo a algún peninsular que soy canaria no me cree, tengo piel de alemana. Nunca me he bronceado, tampoco suelo quemarme, pero cada vez que me da el sol me lleno de ronchitas, no se por qué, nadie lo sabe... soy especial...
El único deporte que podría hacer eternamente es la natación, pero también me hace daño el agua de las piscinas, así que entre la sal y el sol, todos los veranos acabo pareciendo una fresa, roja y con bultitos por toda la piel. 
Y lo cierto es que no suelo ser impulsiva, pero hoy me ha dado por escribir, lo mismo no vuelvo a aparecer por aquí en tres meses... porque sí, a vaga no me gana nadie.

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